Gritar

Y bueno... Estuve fuera por causas fuera de mi control y básicamente por la Universidad que casi me vuelve loca.

Durante éstas "vacaciones" me enteré de varias cosas que me hicieron querer hacer berrinche como chiquita pequeña, y simplemente no pude, y por ningún medio. Si decía algo mis amigos cercanos se enterarían de lo que sucedía y se lo comunicaría a la "otra parte implicada", si ponía un comentario en algún medio electrónico, "la otra parte implicada" se daría cuenta de manera directa de que estaba hablando de... Bueno, de esa "parte implicada" jajaja.... En fin, me di cuenta de lo limitada que se va viendo tu libertad de expresión conforme pasan los años.

Todo comienza muy bien, sos bebé y gritás cuando te da la gana. De hecho la gente espere que grités desde el momento en que nacés. Poco a poco tus padres te van enseñando a callar para no desentonar con las normas sociales, y cuando te das cuenta estás como yo, hecha un puño, con el corazón hecho trizas y con la máscara de felicidad propia de los tiempos casi-navideños.

¿Cuánta gente estará en la misma situación? Hay días en los que lo único que quisiera es mandar al carajo las convenciones sociales, pararme en medio de la calle y gritar con todas mis fuerzas... Lo que sea! Expresarse más que un derecho es una necesidad humana.

Y si así somos todos, no conocemos a nadie, porque no tenemos ni idea de lo que la gente quiere decir o gritar... Supongo que una buena pregunta para romper el hielo cuando conocés a alguien es: "Si pudieras gritar algo con todas tus fuerzas, qué gritarías?" Supongo también que algunas respuestas asustarían, pero nos harían ver a la persona como éso, una persona, con defectos y virtudes, débil, solitaria, insegura o feliz; un ser complejo listo para ser decodificado, entendido, pero no modificado.

Propósito para mañana: Gritar de vez en cuando, no necesariamente en el centro de la calle, que muchos gritos son más potentes cuando no escapan de los labios...

La tira: Del genial Montt