¿Cómo no mencionar a los 33 mineros chilenos? Millones de millones de personas seguimos la noticia y la conclusión general es la misma: fuimos testigos de un milagro. Y es que la operación de rescate tiene todas las características de un milagro. Fue encontrarlos con vida, una grata sorpresa luego de 17 días de búsqueda, cuando todos perdían la esperanza. Fue el luchar en conjunto de un país, ser como uno solo para creer posible un final feliz. Fue avanzar lento pero con paso firme, fue tener una meta fija, invariable. Fallar no era una opción.
En lugar de quedarnos mirando hacia la mina, ahora vacía, y pensar simplemente en el desafío tecnológico que significó crear una cápsula y bajarla 622 metros, considero necesario traer todo este fenómeno a la vida diaria de cada uno de nosotros.
Nuestras vidas son un milagro lento, por etapas, algo superior a nosotros que nos lleva a otro nivel. Incluso cuando fallamos, todo es parte de algo más grande que no entendemos, e independientemente de las creencias religiosas de cada uno, debemos aceptar que a veces pasan cosas sin sentido que tiempo después llegás a entender. Pero todo, todo lo que vale la pena, llega despacito, de paso en paso, como los mineros, salieron uno a uno, y hasta salir el último podemos decir: Misión cumplida! !Milagro finalizado!
Saboreemos la vida, vivamos con pasión, disfrutemos las pequeñas sorpresas. Es bueno dejarse llevar por los pequeños placeres como tomarse un café, dedicarte un rato y leer algo que te guste, hasta ir al teatro sólo, tomarte una copa de vino y brindar a tu salud, ver una puesta de sol o no bañarte por un día. Éstos momentos que no sólo vivís, sino que disfrutás, hacen la diferencia.
Sí, nuestra vida es un milagro, pero está en nuestras manos. Al fin de cuentas de nosotros depende si tenemos una operación tal vez lenta pero con final feliz, o si por hacer todo a la carrera resulta todo lo contrario...
Tira de Alberto Montt
Muy buena publicación de Ali.. ;-)
ResponderEliminarSaludos..!